
En los primeros días de 1993, se disputaban los play-offs del futbol americano. Como ya era costumbre para los seguidores de los Buffalo Bills (entre ellos yo), nuestro equipo estaba nuevamente en la fase final del torneo.
Los Bills venían de perder su segundo Super Tazón al hilo, esta vez contra los Redskins de Washington.
El oponente: Los Petroleros de Houston, quienes terminaron la temporada 10-6 y que llegaban a la fase final como comodines al igual que Buffalo; con un récord de 11-5.
Recuerdo que ese año venía con mi familia de regreso en carretera de uno de aquellos increíbles viajes de ski en Utah, teniendo como destino final San Diego. Como el camino de Utah a San Diego es muy largo, era habitual pernoctar en Las Vegas para luego continuar nuestro viaje al día siguiente hacia nuestro destino final.
En aquel entonces yo era un ferviente seguidor de la NFL, perderme cualquier juego de mi equipo era impensable, sobre todo si se trataba de los play-offs. Fue a base de mucha insistencia que convencí a mis tíos de que al día siguiente saliéramos más tarde para poder ver el partido. En el papel no se sabía qué esperar de Buffalo, pues su coreback titular y figura mítica, Jim Kelly "la ametralladora", no sería titular en ese partido. La responsabilidad de llevar a los Bills a la siguiente fase recaía en el segundo core quien hasta ese momento había tenido pocos minutos en el campo; Frank Reich. En esos años Buffalo estaba plagado de estrellas, por lo que aunque nervioso confiaba en que mi equipo triunfaría sin muchos problemas.
No obstante, es importante mencionar que Kelly se lesionó en el último partido de la temporada. Mismo que Buffalo perdió contra Houston 27-3, en casa de los Petroleros. La historia ahora era distinta, los Bills tenían la oportunidad de vengar esa derrota y a su líder en casa.
Llegado el tan esperado evento empezó a comenzar lo impensable, Houston anotaba sin respuesta de Buffalo (exceptuando un gol de campo recién comenzado el encuentro). Warren Moon (QB de los Petroleros y figura mítica en la historia de la NFL) tuvo una primera mitad de ensueño, la cual terminó 28-3 a favor de su equipo.
A esas alturas yo ya no podía ver el partido, ni mucho menos a la cara a mis tíos. ¿Para esto nos habíamos quedado? ¿Para ver cómo humillaban a mi equipo en lo que claramente estaba siendo un malísimo partido?
Sin muchas esperanzas y mucho menos ganas de seguir viendo tal masacre, comenzó la segunda mitad. No pasó mucho tiempo para confirmar el dominio de Houston, a menos de 2 minutos de comenzado el segundo tiempo; la defensiva de Houston regresó un pase interceptado incrementando el marcador a un contundente 35-3.
A pocos segundos de tan desafortunada jugada, no pude sino pararme e irme a jugar al arcade (en esa época no tenía la edad requerida para jugar, de cualquier forma me sentía con tan mala suerte que no creo que lo hubiera intentado).
El resto de lo que fue un partido histórico me lo perdí. En vez de ver el increíble regreso de mi equipo al partido, me encontraba jugando juegos de feria totalmente desilusionado.
Al cabo de un rato, uno de mis tíos bajó a buscarme para decirme que Buffalo había empatado el partido forzando así tiempos extras. Lo primero que pasó por mi cabeza fue que se trataba de una broma de pésimo gusto.
Incrédulo regresé al bar en donde estaban viendo el partido para ver con mis propios ojos que no se trataba de ninguna broma, que Buffalo había logrado lo impensable; había logrado regresar de un déficit de 32 puntos. Lo demás fue historia, Buffalo terminó ganando en tiempo extra, en el que fue el partido más cardiaco de que tenga memoria.
En cuanto terminó el juego, yo no cabía de la felicidad. Estaba seguro que si mi equipo había sido capaz de tal proeza, no existiría nada ni nadie que se pudiera poner en medio de su camino para por fin coronarse campeones.
Recuerdo con mucho cariño como mis tíos, quienes habían desaparecido de mi vista, regresaron con sendos souvenirs de los Buffalo Bills para mi.
Fue sin duda un partido y un momento en mi vida que siempre atesoraré.
y qué pasó después???
Buffalo llegó ese año a su tercera final consecutiva, misma que perdió contra Dallas. Contra quien perdería en el siguiente Super Bowl, en la que fue la cuarta aparición consecutiva de los Bills en una final.
Según pasó el tiempo, Buffalo quién en aquellos años dominaba la conferencia Americana de la NFL se fue desdibujando; a tal punto que desde el 2000 no ha tenido ni una temporada ganadora (lo que significa que tampoco ha jugado un sólo partido de play offs).
Así es pues que llega una post-temporada más sin mi equipo. Le comentaba a Chris (mi esposita querida) que lo único positivo de irle a un equipo tan malo es que uno no sufre los play-offs e incluso puede molestar a quienes tienen la fortuna de poder seguir a sus equipos en la fase final del torneo.
Doy mis más sentido pésame a todos aquellos que tuvieron la mala fortuna de ver a su equipo eliminado este fin de semana, sobre todo a los seguidores de los Potros quienes estuvieron tan cerca de ganar su partido. Ni qué decir de los Halcones Marinos, el simple hecho de que estén en play-offs ya me parece un premio a la mediocridad. Pero qué se le va hacer? al fin y al cabo este es el deporte del país del sueño americano.
Para mis seguidores más jóvenes.... alguna vez hubo un equipo conocido como los Houston Oilers el cual después de 36 años de historia en esa ciudad (y muchos seguidores en México) desapareció para convertirse en el equipo que ahora conocemos como los Titanes de Tennessee. La razón: en sus 36 años de historia el equipo nunca consiguió llegar a un Súper Tazón. Quién iba a adivinar que el equipo joven de los Titanes tardaría sólo 3 años en lograr lo que para Houston siempre fue un sueño. Por cierto, la final del 99 en la que se enfrentaron los Titanes contra los Carneros fue una de las mejores de las que yo tenga memoria. Sin duda, material digno de una entrada propia.
6 comentarios:
Te lo perdiste!! No sabía eso amogos, que lamentable... Nadie nunca volvió a saber de Reich y entre tu equipo y el mío perdimos casi todos los superbowls de la década. Igual se disfrutó. Buen post amogos!
No me sabía esa historia Mongos, ya decía yo que había una razón de fondo para que que no chaquetearas en el americano. Ojalá se recuperen los Bills para la próxima temporada, por lo pronto te presto a mi biers para el siguiente fin de semana.
Muy bien mono.
Amigos gracias por sus palabras de aliento. Rodri, tomo tu palabra, apoyaré a tus Biers con todo. Eso siempre que no se enfrenten a los Jets a los que apoyo por tener en los controles a Mark Sánchez. Gracias por seguir el blog. Me alegra que les haya gustado mi post!! y Pete si incluimos a los Minnesota Vikings le sumamos unas cuantas derrotas más en Superbowls
Lastima que yo no pueda tener algun comentario mas atinado. Mi conocimiento del Americano se reduce a que tanto me guste el uniforme y por ahi a algunas noticias y por que no? a borregear. Pero si hay algo que puedo reconocer es que a los que la hemos leido esta entrada bloggera nos atrapo....
Por las Glorias Perdidas. Go Bills!
Excelente reseña! Felicidades! Me acuerdo perfecto de esa época. Yo recuerdo más el Super Bowl XXV de 1991 en el que teníamos 15 años. Qué partido, "mis Giants" ganaron por un sólo punto! Recuerdas? 20-19... Ufff... Los Bills de aquella época se parecían al Cruz Azul (equipo de fútbol soccer) de México que llega a muchas finales y no gana ni una! Un abrazo!
Muy buena reseña!!! Pero ahora me explico la razón por la cual te has vuelto chaquetero en el resto de los deportes!! Con ese taruma de derrota tras derrota ha hecho que la selección de tus equipos en otros deportes vaya en función de cuál es el equipo campeón (¿Será por eso que te volviste del Barca?)
Un abrazo!!!
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